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Reseñas de novelas de héroes solitarios

lunes, 16 de abril de 2012

Napoleón II y sus primos Habsburgo

Esta  pintura la realizó el artista poco conocido  Johan Elder un año antes de que muriera Napoleón II, o el duque de Reichstadt, como se le conoció en Austria. Se trató de un regalo de la archiduquesa Sofía, madre de los emperadores Francisco José de Austria y Maximiliano de México, para su suegro Francisco I, el primer emperador de Austria que también fue el último del Sacro Imperio Romano Germánico.
La intención de la Archiduquesa fue reunir en un solo cuadro a los nietos del emperador Francisco, pero como los hijos de María Leopoldina, emperatriz de Brasil, estaban muy lejos y los que había tenido en secreto la ex emperatriz de Francia María Luisa con el conde Adam von Neipperg se suponía que no existían, sólo pudieron reunir a tres de los nietos del Emperador.
El joven rubio de aparentemente veinte años de edad es el mismísimo Napoleón II, la niña es María Carolina, hija de la archiduquesa María Clementina, y el bebé no es otro que el emperador Francisco José I de Austria, quien gobernó durante sesenta y ocho largos años y murió poco antes de que terminara la Primera Guerra Mundial, la misma que pondría fin al Imperio de su ancestral familia.
Aunque Napoleón II murió cuando Francisco José era aún muy pequeño, logró conservar algunos recuerdos de él, o por lo menos lo consideró siempre como un miembro de su familia, porque cuando Napoleón III se hizo con el poder en Francia, le pidió repetidas veces que le entregara los restos mortales de su primo, pero el emperador de Austria se negó siempre. Tuvo que ser Hitler muchos años después quien devolviera el cuerpo del duque de Reichstadt a los franceses, quizás como compensación por la terrible humillación militar que les había causado. 

1 comentario:

  1. Magnífica Entrada, Dorian.
    Es un blog tremendamente atractivo y didáctico.
    Un saludo.

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