La imagen del rey Juan Carlos I de España, tras
sus últimas aventuras, es la de un hombre ya físicamente muy ajetreado.
Aparenta más de sus 74 años y es probable que el tiempo de que la corona cambie
de cabeza esté cerca. Nunca se sabe, pero el Rey no se ve nada bien en una
época en la que su imagen como monarca tampoco anda a las mil maravillas.
Y después de él, llegará al trono español otro
Felipe. Los felipes llegaron a España
por la vía de los Habsburgo hace ya poco más de medio milenio. Los Reyes
Católicos, ansiosos de encerrar a Francia entre reinos enemigos, pactaron un
doble matrimonio con el emperador Maximiliano I de Habsburgo. Sus hijos, Juana
y Juan, se casaron con dos archiduques de Austria: Margarita y Felipe.
Al poco tiempo a los ilustres Reyes su yerno
empezó a desagradarles. Felipe, aparte de volver loca a Juana con sus
infidelidades y al parecer con una que otra golpiza, siempre fue muy aliado del
rey de Francia. Sus suegros estaban haciendo grandes esfuerzos para dejarles a
sus hijos, a los de Felipe, el más poderoso reino del la cristiandad y por qué
no decirlo también de Europa y él no lo valoraba. Fernando sencillamente odiaba
a su yerno y no pocas veces se arrepintió de haberle entregado en matrimonio a
su hija.
A la muerte de los Reyes Católicos, sus reinos,
España pues, fueron a parar a manos de los Habsburgo, y después de aquel odiado
yerno, hubo aún tres felipes más de la casa de Austria. Al ser desplazada ésta
por los Borbones, el trono español fue ocupado por otro Felipe, que aunque
Borbón y francés, se llamaba como su bisabuelo español Felipe IV.
Es cierto que los Reyes Católicos no fundaron
España tal cual es hoy. Pero sí que hicieron demasiado para edificar el gran
imperio que fue por muchos años. A su muerte ya habían financiado la aventura
de Colón, más por deseos de Isabel que de Fernando, ya también Fernández de
Córdoba, el Gran Capitán, había demostrado el enorme poderío militar español en
Italia, barriéndola de franceses, y, por si fuera poco, también habían acabado
con el poder en la Península
de los musulmanes.
Para no ir más lejos, sin los Reyes Católicos
España jamás habría sido el gran imperio que alguna vez fue. Quizás habría
continuado dividida en pequeños reinos, guerreando unos con otros, como ocurría
en Italia. Paradójicamente, el fruto de sus esfuerzos lo gozaron y lo desperdiciaron varios felipes, que aunque eran sus descendientes, se llamaban
como aquel yerno que tantos dolores de cabeza les dio. Y todavía, si las
cosas no cambian, falta que a España la gobierne, aunque simbólicamente y cuando menos, un
Felipe más.
Muy buena Entrada, Dorian, sobre la Historia de los Felipes en la Monarquía Española.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola,
ResponderEliminarme encanta este rinconcíto histórico que te has creado!!
Mi pueblo, San Sebastián de los Reyes, fue fundado por los Reyes Católicos en 1492, y le adjudicaron este nombre porque vivieron durante varios años junto a la ermita dedicada a San Sebastián.
Podría contarte muchas anécdotas pues me sé la historia de carrerilla, pero no te voy a aburrir.
Besos y enhorabuena por tu espacio.
Lupa