Actualmente los reyes son meras figuras simbólicas,
políticos de ornato que tienen funciones
representativas, tradicionales y demás con la intención de darle solidez a las
instituciones, y se sostienen en sus puestos porque un movimiento social no los
ha derribado.
En España, por ejemplo, el Rey está donde está
porque la crisis no ha llegado todo lo lejos que puede llegar. Si colapsan las
instituciones probablemente lo hará primero la menos sólida…, la monarquía.
En el Reino Unido la cosa está un poco mejor. Los
ingleses quieren a su Reina. La monarquía, a diferencia del caso español, ha
operado por siglos de forma ininterrumpida, es más sólida, puede durar más, a
menos que cuando Doña Isabel muera… los ingleses tomen medidas radicales
respecto al enorme gasto que supone un gobierno democrático, de por sí caro,
pegado a una monarquía.
En fin que hoy los reyes, como figuras anacrónicas
y costosas, se sostienen de milagro. Una crisis en su país puede llevarlos muy
lejos, a figurar sólo en la historia. Pero no siempre ha sido así, hasta antes
de que a los franceses les diera por
decapitar a diestra y siniestra, los reyes decían estar en su puesto por
mandato de Dios y eso era una verdad incuestionable.
Un rey podía ser muy idiota, muy cobarde, todo
lo pésimo gobernante que quisiera, pero nadie lo podía mover de su puesto. Estaba
allí porque Dios así lo había querido. Aunque muchos llegaban al puesto
mediante ese procedimiento que actualmente conocemos como golpe de Estado, una
vez en él justificaban sus acciones aparejándolas a la voluntad del Altísimo. Su
derecho a ser reyes era divino, ¿quién tenía la facultad de cuestionarlo?
Pero vino la revolución en Francia y los reyes,
poco a poco, tuvieron que aceptar constituciones, parlamentos, instituciones
independientes de la monarquía y demás monstruos tragadinero que actualmente
tienen al mundo cerca de desaparecer por hambre.
Muchas monarquías se extinguieron, y si algunas
sobrevivieron fue porque sus representantes tuvieron que tragarse su orgullo,
aceptar que gobernaban por voluntad del pueblo y meterle enjundia a la
demagogia, proceso que nadie que viva del Estado puede ignorar, por perverso e
inmoral que pueda ser.
Para mi hace tiempo que no debería haber monarquía.
ResponderEliminarUn beso!
La monarquía es una institución totalmente anacrónica. Va contra el principio básico de igualdad de todos los individuos... y genera un gasto muy elevado e innecesario!
ResponderEliminarBesos,