Tan sólo imaginar vivir en un país donde el
Estado todo lo controle y la libertad individual no valga nada pone los pelos
de punta. Y es que hoy por hoy, nos guste o no, China es una superpotencia que
se mete en todas partes gracias a su
desmesurado potencial económico y trata y tratará más aún de contaminar con su ideología
allá donde le deban favores, que ya es casi en todo el mundo.
Mario Noya ha publicado un muy buen artículo en
Libertad Digital en el cual recomienda un libro que se ve bastante interesante sobre
ese gigante asiático al que ya no se puede ignorar.Sé bienvenido quienquiera que seas y cualquiera que sea la razón por la que llegaste aquí. En este blog hablaré de las cosas que más me interesan, libros, arte, política o lo que de momento llame mi atención.
viernes, 3 de febrero de 2012
jueves, 2 de febrero de 2012
Estatua del Papa sometida a una drástica cirugía estética
Es bastante común que las estatuas sean
sometidas a arduos procesos de restauración para que puedan conservarse, pero
hasta hace bien poco no había escuchado que fueran intervenidas para cambiar su imagen y que den un mejor
aspecto.
Lo anterior le va a ocurrir a la estatua de
Juan Pablo II, obra del escultor italiano Oliviero Rainaldi, que a mediados del
año pasado fue colocada en Roma, frente a la estación Termini.
Lo que no será esa estatua tan abrumadoramente
fea es ser la primera en generar polémica. Estatuas cuestionadas han aparecido
todo el tiempo, siglo tras siglo, algunas por lo que representan y otras por lo
que exhiben, pero si buscamos alguna que haya calentado los ánimos sólo por ser
demasiado fea, quizás no encontremos muchas.
Y que conste que la fealdad de la obra no tiene
nada que ver con el estilo. Del arte abstracto hay obras de gran valor estético,
lo que ocurre en este caso es que la obra, por donde se le mire, es fea. Al parecer
entre los cambios que se tienen
previstos va a adquirir nueva cabeza y túnica, lo que resumido quiere decir que
harán otra estatua porque ésta no tiene remedio.
miércoles, 1 de febrero de 2012
El Palacio de los Sóviets
Aún en las democracias se ve
comúnmente que el dinero de los contribuyentes se destina para satisfacer la
megalomanía de los gobernantes, con proyectos demasiado costosos y en absoluto
justificables, pero si pasamos al ramo de las dictaduras la cosa es todavía
peor. Al principio de la década de los 30s, del siglo pasado, Stalin trató de
construir en Moscú la mole enorme de la imagen, que en su tiempo habría sido el
edificio más grande del mundo. El de arriba, por si alguien todavía no lo
identifica, es un Lenin de cien metros. ¿La justificación para construir
semejante adefesio? Casi nada, Stalin no podía soportar que los yanquis
tuvieran ciudades llenas de rascacielos como Nueva York o Chicago.
Finalmente no se pudo diseñar
una estructura adecuada para que sostuvieran el edificio y los bolcheviques, antes
de soportar la humillación de que se les cayera encima, prefirieron admitir que
no podían hacerlo, pero muchos años después de que inició la construcción, para
que el escarnio fuera menor.
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