Algunas veces,
cuando leemos un libro, pronto nos damos cuenta de que el autor confió en que
el editor corregiría los errores y de que el editor confió en que el autor le
envió un libro bien corregido, porque salta a la vista que nadie se ocupó de hacer una
minuciosa revisión.
Pero también es cierto que en libros que sí han sido
revisados como se debe, se le escapan errores al corrector. El último que me
encontré y del cual me causó gracia uno de sus errores es una biografía de la
emperatriz Elizabeth de Austria, la famosa Sissi. La autora es Alicia Perris y me
refiero a lo que sigue:
Sissi hacía gala de un temperamento incorregible, que
no se adaptaba a la etiqueta de palacio. Adoraba
los animales y la actividad
física.
Incluso embarazada montaba a caballo, su desparpajo horrorizaba a la corte encerrada en el Hofburg; adoraba los animales…
Incluso embarazada montaba a caballo, su desparpajo horrorizaba a la corte encerrada en el Hofburg; adoraba los animales…
¿Alguien duda que a la emperatriz de Austria le
gustaban los animales?
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